En Presencia…
Aunque en principio pudiera parecer pretencioso hoy vamos a hablar de la religión
verdadera, y espero que al terminar esta alocución haya quedado claro qué es lo que con
este supuesto quiero decir, y quiero recalcar lo de “supuesto”.
Ya sabemos que el origen etimológico del concepto religión viene del latín
“religare”, esto es; reunir. Más ampliamente el concepto se refiere a la “Reunificación
de lo que fue separado”.
¿Qué es lo que fue separado? ¿A qué nos referimos al decir esto? Nos dicen las
escrituras, y hoy confirma la ciencia, que el ser humano fue creado de la tierra, y al
igual que todos los seres vivos tiene su origen en el agua. Pero también nos dicen las
Escrituras que una vez creado el ser humano en su complejidad, recibió la Conciencia
de sí mismo y con ella el concepto de La Trascendencia. Esto se expresa diciéndonos
que Dios insufló en la humanidad algo de Sí Mismo.
Es al retorno a Su Origen de este “Algo” de Él mismo a lo que se refiere la
religión, cualquiera que sea, cuando nos habla del re-encuentro entre el ser humano y
Dios. Es este un tema algo más complejo de explicar, pero considerando que lo tenemos
escrito en nuestra extensa obra literaria doy por supuesto que sabéis a qué me refiero
como preámbulo de esta alocución.
Si lo que cualquier religión pretende es el retorno, o encuentro entre Creador y
criatura, es obvio que cuanto más complicado sea el sendero propuesto más se aleja la
religión de su propósito. Propósito que se hace más asequible en la medida en la que
prima la simplicidad.
Podríamos decir, esto entendido, que cualquier persona que se haga dócil ante la
Acción Creadora sobre ella está en ruta de reunificación, y por lo tanto en práctica de
religión verdadera, siendo de carácter totalmente secundario la liturgia que practique o
el idioma que utilice para sus prácticas.
Cada religión se proclama verdadera y en consecuencia, según esto, las demás
religiones no lo son. No obstante, si tenemos conocimiento de las religiones
observaremos que la mayoría de los desencuentros se fundamentan sobre tradiciones
étnicas, añadidos posteriores, afán de poder, dificultades de diálogo y diferencias
lingüísticas, pero pocas diferencias en cuanto a lo esencial.
Así pues queda claro que los fundamentos de cualquier religión, aquello en lo que
todas se encuentran en consonancia y sin dificultad de entendimiento son estos tres;
1) Hay Un solo Principio Creador que recibe el nombre de la cultura que lo
identifica.
2) Que la docilidad a la Acción de este Único Principio sobre el ser humano
determina su acercamiento a Él.
3) Que mantenerse en armonía con este hecho es la causa del “Estado de Paz” en
la persona y, como consecuencia, la felicidad como estado.
Esta descripción, dicha en nuestro idioma, nos es fácil de entender y no
encontramos rechazo alguno para estar de acuerdo, pero si en vez de decirlo en
castellano lo dijera en otra lengua, probablemente daríamos paso al conflicto.
Por ejemplo; esta explicación en Sánscrito podría decirse con el vocablo; yoga. En
cambio si lo digo en lengua árabe todo lo dicho equivale al vocablo Islam, como
“Estado de Paz” y al vocablo Musulmán como equivalente de aquél que se hace dócil a
la acción de Dios sobre él. Ninguna otra cosa significan estas dos palabras.
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Esto es lo que deducimos del diccionario de la lengua árabe, de la lectura del
Corán y de la tradición oral del Profeta Muhammad.
Los añadidos posteriores, los intereses de poder, las complicaciones y recursos a la
fe para aceptar como válido lo que es irracional, las posiciones de fanatismo y
exclusión, las tradiciones étnicas añadidas a las religiones y en definitiva; la ignorancia
o la malversación de las promulgaciones originales, son obra de las personas, sin nada o
muy poco que ver con las Fuentes de la promulgación original.
En consecuencia; al igual que otras muy antiguas y nobles Tradiciones, no
desviadas del propósito fundacional, la T. Sufi se ha ocupado más de las esencias que de
las apariencias. Más de los contenidos que de los continentes, más de resolver las
dificultades para desvelar lo aparentemente sencillo, que de crear nuevos añadidos y
recovecos que dificulten el re-encuentro Creador-criatura colocando más cargas sobre
los practicantes.
A partir de esta “sencilla” explicación, y la práctica que de ella se derive, cuyo
contenido puede llegar a ser inmenso, lo que suceda en cada corazón, ya sea de forma
visible o secreta, ordinario o extraordinario, es privativo de la soberanía de cada
persona. En este Recto Sendero cada senderista ha de trazar su propia huella, única e
irrepetible. Y cada uno de nosotros recibirá de la Misericordia Creadora lo que le esté
reservado.
Por estas razones, y aún reconociendo el valor circunstancial de los ejercicios
añadidos que en otros lugares se practiquen, nosotros hemos optado por la mayor
simplicidad posible, y para ello nos hemos apoyado en las Fuentes y consultado a otros
sabios.
A causa de esta convicción a favor de la simplicidad de los orígenes no añadimos
a nuestra práctica nada que suponga nuevas cargas, pues consideramos que ninguna de
estas prácticas nos cualifica en lo que somos:
No hacemos largas sesiones de cánticos en una lengua ininteligible para nosotros,
es decir, no hacemos Dzikr (recuerdo) en árabe.
No hacemos danzas de Hadra ni ejercitamos la hiperventilación.
No tenemos audiciones ni danzas de Sama
No practicamos otro ejercicio alguno que no sea lo contenido en la ´Ibadat.
Este, a continuación, es un ejemplo claro de todo lo dicho. Para afirmar esta
sencillez en nuestra práctica, hacemos referencia a las Fuentes del Corán, la Sunna y
nuestra propia tradición Shadzilia, así como la de otros reconocidos Maestros de la
antigüedad.
Dice el Corán en 29:51 “¿No les basta que te hayamos revelado el libro que le es
transmitido oralmente?
Dice el Hadiz del Profeta transmitido por Bujari; “Facilitad las cosas a las gentes,
y no las hagáis complicadas”.
El segundo Sheyh de nuestra Tárika, el murciano Abú l´Abbás, buen conocedor de
la enseñanza muhammadí, dejó dicho; “¿Qué sucede con aquellos que, en sustitución
del Corán, se emocionan con el canto y otras distracciones de ese género?
Abu Madyan de Sevilla, Ibn al Árabi, Abu l´Hasan as-Shadzili y otros, no tenían
en estima a los que llamaban, “esa gente de la flauta y el tambor”.
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Os digo con frecuencia que: “Ya que la comprensión y perfecto aprovechamiento
del inmenso legado de Sabiduría contenido en la ´Ibadat, nos ha de llevar toda nuestra
vida, no encontramos razón alguna para incorporar otra práctica que no sea venida de
las Fuentes transmitidas por el Profeta”.
A esto nos ceñimos en exclusiva siguiendo la tradición de sencillez contenida en
el Corán, confirmada por el Profeta, y enseñada más tarde por Shadzili y sus directos
sucesores.
No en vano el Sheyh Abu l´Hasan Fusanya, ya en los primeros siglos del Islam,
nos previno con esta frase; “Hoy en día el Sufismo es un nombre sin realidad, pero antes
fue una realidad sin nombre”. A aquel antes de ahora nos remitimos.
Suelo deciros que el mejor Dzikr Al Lah es la lectura del Texto Sagrado, el Salat,
y la contemplación de la naturaleza.
La mejor Hadra es integrarse en la danza del Universo que alaba a Su Creador.
Y la mejor audición de Sama es la música del silencio que escuchamos cuando
cerramos los oídos a lo externo.
Pero guardamos un profundo respeto por otras alternativas, pues sabemos que para
cada persona hay una forma y un momento. Ya que se nos enseña; “Existen muchas
vías de ascenso hacia Dios” Corán 70:3
Debido a esto, cada Maestro de la Tradición Sufi ha marcado sus líneas de
enseñanza según una particularidad y diferencia, y todas ellas son respetables:
ESTE ES UN EJEMPLO:
El Maestro Sufi Uwais al Qarni vivió solo en el desierto. Pero conocía el secreto
Muhammadí.
Dhul Nun, el egipcio, hablaba con adivinanzas y enseñaba con jeroglíficos
egipcios. Y pasó a la historia de la Tradición como Santo y Maestro.
Al Hallaj y Suhrawardi fueron ejecutados por las autoridades islámicas de su
época al hacer afirmaciones sobre su estado de Unión que eran consideradas heréticas.
No obstante fueron nuestra inspiración.
Bahaudin de Bujara se comunicaba más con su amor que con sus palabras. Pero al
hacerlo así nos hizo partícipes de su Sabiduría.
Muhyiddin Ibn al Arabi, de Murcia, hizo de su corazón receptáculo de todas las
formas y religiones.
Ansari el Sufi dijo; Un discípulo es suficiente para el maestro. Un oído es
suficiente para la palabra adecuada. Un amanecer es suficiente para que el sol ilumine el
mundo.
Hafiz enseñó hablando del vino.
Shabistari habló de idolatría.
Khoja Ansar era un jefe religioso.
Pero Rumi, Jayyam, y Abi Fair, negaron las formas religiosas.
Abu Madian de Cantillana, Sevilla, es reconocido como uno de los grandes
Maestros. Cuando los discípulos eruditos llegaban a él con citas de grandes Ulemas, él
respondía; “No vengáis a mí con lo que dice fulano y mengano, eso es carne muerta. Y
tú ¿Qué es lo que tú dices?, traedme carne viva”.
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Abú Hasan as Shadzili, fundador de nuestra Tárika, y Muhyid-din ibn al Árabi, no
eran partidarios de la danza, la flauta y el tambor, entre los Sufis de su época.
Pero Maulana Chishti escuchaba música, y Rumi fundó los Derviches danzantes.
Algunos de ellos fueron acusados de heterodoxos al no observar ciertas normas
externas del Islam, pero el Sheik Burhanuddin Papazi decía; “Puede que no se me vea
orar en la Mezquita, pero mi corazón reza continuamente en La Meca”.
Ahmed al Rifai fue tachado despectivamente de ser un exhibicionista curandero.
El Maestro de la filosofía mística de la Rosa, Saadi de Shiraz, fue discípulo de
Suhrawardi, y utilizó en su composición del Gulistan la belleza de los jóvenes
adolescentes.
Los hombres pensaron que Jalaludin y Faridudin Attar eran simples poetas.
Yusuf Qalandar erró por la faz de la tierra.
El Sheij Shattar transformaba a los hombres con una mirada.
Ali al Hujwiri parecía ser un simple historiador.
Abdul Kader de Gilam, Salman y Saadi. Abu Bakr de Arabia y Nuri y Safari.
Baba Farid y Ben Adam entre los afganos, y Jami de Jorasán. Bektash de los turcos,
Nizamudin de la India, etc. Etc.
Todos ellos fueron diferentes, y de diferente manera enseñaron a caminar en pos
del mismo Objetivo pues, según el Corán 70: 3 “Existen muchas vías de ascenso hacia
Dios”.
“A cada uno de vosotros le hemos asignado una ley y un modo de vida
diferentes”. Corán 5: 48
“No cabe coacción en asuntos de fe”. Corán 2: 256
“Sed tolerantes con otras religiones”. Corán 2: 109
“Será Dios quien decida sobre la discrepancia entre religiones”. Corán 2: 113
“Para cada comunidad religiosa hay una orientación diferente de la que Dios es el
punto focal”. Corán 2: 142 y 148
“Y Hemos hecho así, de vosotros, una comunidad intermedia (sin extremismos)”
Corán 2: 143
“Dios se ha prescrito a Sí Mismo la ley de la Misericordia” Corán 6: 12 y 54
“Tan sagrada es la tinta del estudiante como la sangre del mártir”. Buscad la
Sabiduría, aunque para encontrarla tengáis que recorrer todos los caminos de la tierra”.
Proverbio de Muhammad (p. b.)
“Un árabe no es mejor que otro hombre, ni un blanco es superior a un negro.
Hablad a cada pueblo en su propia lengua”.
“Comete herejía quien adora a una religión en vez de adorar a Dios”
Proverbios de Muhammad (p. b.)
“¡Oh musulmanes! ¿Qué significa este aire de superioridad? Abre tu corazón al
cristiano, libera tu mente de esta vanidad. Siguiendo a Muhammad te consideras un
creyente y a él le consideras infiel por seguir al Mesías. Ambos eran profetas y ambos
eran amigos. ¿Por qué esta enemistad entre vosotros?
Sheyh Naser Josro (m. 1.088)
“El hombre de Dios está más allá de la religión”. “Pero no clames diciendo que las
religiones son vanas, pues en todas ellas se guarda un perfume de verdad que enciende
la fe del creyente”.
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“No soy ni cristiano, ni judío, ni musulmán. No soy de Oriente ni de Occidente, ni
de la tierra ni del mar. Mi sitio es estar sin sitio, mis huellas es no dejar huella. No hablo
del cuerpo ni del alma, ya que pertenezco al Alma del Bienamado…”
Jalal ad Din Rumi (1.207 – 1.273)
“Vende tu inteligencia y compra la admiración por Dios. Renuncia a cuanto venga
de la razón, pues ahora hemos llegado al tiempo de la locura. Y la locura de Dios es
mejor que la razón de los hombres”.
“¿Existe, por casualidad, un enamorado que piense con la razón? ¿Quién Te ha
visto puede acaso conservar su razón?.
Jalal ad Din Rumi (1.207-1.273)
“Dios mío, no hagas de mí un erudito o un asceta. Si decides introducirme en Tu
ciencia, iníciame en una parcela íntima de Tus Secretos”.
Sheyh Bistami (m. 874)
“El iniciado está más allá de lo que dice, el erudito más acá. El iniciado se ocupa
de su Señor, el erudito de su propio ego”.
Sheyh Bistami (m. 874)
“Nadie puede jactarse de haber llegado a la verdad, si no ha sido tratado de hereje
por mil personas de peso”.
Sheyh Yunayd
“Lo que conocen los eruditos es una ignorancia respecto a la Ciencia de Lo
Verdadero, y la creencia es un delito si la comparas con la Verdad del Conocimiento.
Quien se expresa mediante la alusión corre el riesgo de restaurar el paganismo”.
Sheyh Bistami (m. 874)
“No te apegues exclusivamente a ninguna religión, de manera que dejes de creer
en las otras; perderás no poco bien. Más aún, no acertarás a reconocer la Verdad”.
“Dios, el Omnipresente y el Omnipotente, no está encerrado en ningún credo ni en
religión alguna, porque donde quiera que os volváis, allí está el rostro de Dios”.
“Hubo un tiempo en el que yo rechazaba a mi prójimo si su religión no era como
la mía, hoy mi corazón se ha convertido en receptáculo de todas las formas religiosas”.
“Cada cual reza lo que cree; su Dios es hechura de sí mismo y, al rezar, ora a sí
mismo. Por eso anatematiza las creencias de los demás; lo cual no haría si fuese justo,
porque el desagrado hacia la religión ajena se basa en la ignorancia”.
Sheyh Ibn al Árabi
“Para los amantes de Al Lah no hay reglas. La religión del amor no tiene código o
doctrina. Sólo a Dios”.
Sheyh Ibn al Árabi
“Antes despreciaba a otros hombre si su religión no era como la mía, ahora mi
corazón es un campo para las gacelas, un convento para el monje cristiano, los pliegos
de la Torah, la Kaaba del peregrino o un templo para el idólatra. No le pongáis nombre
a mi religión, pues es el amor donde quiera que vaya su cabalgadura”.
Sheyh Ibn al Árabi
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“He reflexionado acerca de las denominaciones confesionales esforzándome en
comprenderlas. Ahora considero que existe un Principio Único con numerosas
ramificaciones. Por eso, no pidas a un hombre que adopte una determinada
denominación confesional; con ello lo desviarías del Principio, que es solio y
fundamento. A ese hombre ha de venir a buscarlo el propio Principio en el que se
dilucidan todas las grandezas y todas las significaciones. Entonces el hombre
comprenderá.”
“Se ha extraviado quien adora una religión en vez de adorar a Dios”.
Sheyh Mansur al Hallay (m. 922)
“Como un compás tenemos un pié fijo en el Islam y con el otro viajamos dentro de
otras religiones”.
Sheyh Saadi de Shiráz (1.184-1.256)
“Muchos son los cauces, pero sólo es Uno el Manantial de donde todos proceden.
Insiste en llamar ante La Puerta dorada, y cuando esta se abra, las demás puertas
se abrirán ante ti”.
Sheyh Saíd al Andalusí, abdú Rabihi
Otra cuestión a comentar, por último, es la siguiente. Somos plenamente
conscientes de la aversión que suscitan en la actualidad estas dos palabras; Islam y
musulmán, pero ya hemos explicado su verdadero significado en múltiples ocasiones.
Es una aversión proveniente, a nuestro limitado entender, de varias causas. Una
causa es la desinformación histórica, otra el resultado del colonialismo desde las
cruzadas hasta el día de hoy que, como un continuo, se refleja en la actuación
disparatada, o criminal, de aquellos que, desde su ignorancia fanática o desde su simple
ignorancia, utilizan el poder de la información para agredir, manipular, seducir o
claramente mentir sobre lo que signifique ser musulmán o lo que es Islam.
Otra de las causas la encontramos en las acciones bárbaras o el comportamiento
improcedente de aquellas minorías que, proclamándose musulmanes, utilizan en su
ignorancia la Sabiduría Muhammadí como un arma arrojadiza, o como un pretexto para
ocultar otros intereses.
A causa de este reprobable e irracional comportamiento, todos somos víctimas, y
los musulmanes buscadores de Sabiduría, entendimiento, tolerancia, paz y concordia,
¡premisas todas del Corán!, nos vemos en la necesidad de vivir en discreción, cuando
no en ocultamiento, para evitar que seamos medidos con la misma medida con la que se
mide el fanatismo, la barbarie y la ignorancia.
Así pues, nos ha de quedar claro que nuestra forma es el Sendero del medio, ni a
la izquierda ni a la derecha, y se limita a la práctica de lo que acabamos de comentar
anteriormente, la ´Ibadat.
Creemos que no hay unas prácticas mejores que otras, por lo que afirmamos que
cada discípulo ha de encontrar a su Maestro, y cada Sheyh a su discípulo, pues entre
ambos forman todo un Universo de diversidades.
Decía un Maestro de la Tradición: “En el Corán se encuentra una gran Sabiduría, y
toda ella está contenida en la primera Sura. Cuanto hay en la primera Sura se contiene
en la primera letra, y lo contenido en esta letra se halla en el punto. La Sabiduría se halla
en un solo punto, es el ignorante quien se empeña en complicarlo”.
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Que La Divinidad, Al Lah, o como quiera que cada cual lo llame, abra nuestros
corazones para que cada cual entienda aquello que se le haya reservado. Pues como
decía Ibn al Árabi, nuestros corazones son un prado para las gacelas, un convento para
el monje cristiano, los pliegos de la Torah, la Kaaba del peregrino o un templo para el
idólatra, pues nuestro sendero es el sendero del amor.
En seguimiento del espíritu Coránico, o de la Sabiduría donde quiera que la
hallemos, esto enseñamos y esto es lo que practicamos.
Que Dios haga de nosotros instrumentos de Su Paz
Hayy Sidi Sa’îd al Andalusí
miércoles, 27 de julio de 2016
El pensamiento sufi
A continuación reproducimos un texto íntegro del Shaykh Hayy Sidi Sa’îd al Andalusí, maestro de la vía.
martes, 26 de julio de 2016
¿Infierno eterno y Dios misericordioso? por Edip Yuksel
Traducido del inglés por Martín Guillermo González
"Edip Yuksel es un pensador turco de origen kurdo
nacionalizado norteamericano .Pertenece a la corriente islámica coranista.
Entre los escritos de este autor esta “Manifesto for Islamic Reform” y una
traducción y comentario en inglés del Corán “Quran Reformist Translation”.
El presente texto que hemos traducido del inglés nos parece de una gran riqueza ya que
toca uno de los temas más polémicos que se dan dentro de las religiones abrámicas, a saber, la duración del infierno. Como hemos mencionado el autor
es coranista por lo que se atiene solo al Corán para argumentar y prescinde de otras fuentes canónicas del
Islam “ortodoxo” ya sea sunnita o Shiita. Esto lo hace más interesante y
original ya que si bien dentro del hadiz y la sunna hay respuestas diversas
sobre el tema en cuestión, poco hay escrito
desde una la perspectiva del Corán
analizado a la luz de la razón."
Martín Guillermo González
Aunque como monoteísta racional tengo buenas razones de tipo científico, filosófico y espiritual
para creer en el Corán, todavía tengo
que admitir que no he digerido todos sus versículos. Algunos pasajes desafían
mis normas culturales o mi línea ideológica y también algunos parecen
contradecir a otros versículos claros de la escritura y/o leyes de la
naturaleza. Teniendo en cuenta que mi cultura es relativa, por lo general, no
tengo problema con los primeros, pero aquellos que crean contradicción entre
los signos (ayat) de Dios del Libro o de la naturaleza, actúan como virus que
infectan mi fe. Aquellas personas que no tienen ningún conflicto intelectual
con ni un versículo del Corán, son, en mi opinión, o gente crédula que
adquirieron/heredaron su fe por presión de sus pares, proximidad geográfica, o alguna otra extraña razón; o están ocultando
sus problemas intelectuales a otros e incluso a sí mismos. Ninguno de esos casos, sin embargo, puede dar
un buen ejemplo.
Mi duda no es sobre la veracidad del Corán, sino sobre la
veracidad de mi entendimiento de algunos versos del mismo. Desde que rechacé los preceptos sunnitas que exigen
seguir ciegamente la opinión de eruditos y clérigos ortodoxos, y desde que acepté
al Corán como la única fuente de mi religión, siempre que encuentro problemas
con mi comprensión de un versículo que
esta con conflicto con lo que dice el Corán 4:82, sigo el divino consejo de
actuar pacientemente en la búsqueda del conocimiento (20:114), de consultar a
los expertos (21:7) sin seguirlos ciegamente (17:36), evitar pensamiento
ilusorio y la herejía (53:28), y saber que Dios es el único que en última
instancia proveerá de una explicación (75:16-19). A veces, tardo unos meses en
llegar a una respuesta coherente, pero otras veces, puedo llegar a tardar años
e incluso décadas. Cada una de mis experiencias intelectuales y espirituales dan
testimonio de los hechos siguientes:
“Les
hemos traído un libro que hemos detallado con conocimiento para ser una guía y
una misericordia para la gente que cree.” (7:52)
“El Misericordioso enseña el Corán.”(55:1-2)
Antes de compartir con ustedes mi observación sobre la
duración del infierno, me gustaría compartir varios ejemplos de mi lucha
intelectual y sus resultados.( Si no tienes paciencia con esta larga
introducción o preparación, por favor, salta al subtitulo ¿Es eterno infierno?)
Por ejemplo, mi análisis sobre 5:38 desarrollado a lo largo
de quince años desembocó en tres interpretaciones: (a) cortar o marcar las
manos de un ladrón como medio de humillación e identificación pública, (b)
amputar físicamente la mano del ladrón, (c)
cortar los medios de robo del ladrón (presumiblemente a través de
rehabilitación o prisión). Dependiendo de circunstancias económicas y sociales,
la frecuencia de los robos, el riesgo para la sociedad, y el costo económico,
social y psicológico del castigo, una sociedad puede seleccionar alguno de los
castigos sugeridos. En otras palabras, ahora estoy convencido de que el uso
deliberado de una palabra clave semánticamente flexible, QaTTa’A, es para adaptarse al tiempo, temperamento,
cultura y circunstancias de poblaciones diversas. Congelar el mensaje del Corán
con el entendimiento y prácticas de la primera generación (incluyendo al
Profeta Muhammad y sus compañeros) es despojarlo de su divina naturaleza
profética que hace que su mensaje sea universal.
Mi investigación sobre la aparente contradicción entre 2:233
y 46:15 durante varios meses me llevó a una conclusión que nunca deseé alcanzar:
tomando la duración normal de embarazo como 266 días (o 38 semanas), el aborto
dentro de los 86 días de embarazo no sería considerado asesinato. En el primer
trimestre, el feto no era considerado como persona. Hay persona con la aparición
de la consciencia (esto es el Nafs, lo que generalmente se traduce de manera
errónea como Alma debido a la influencia platónica de los eruditos musulmanes
tardíos). La “personalidad” es descripta como una fase de “creación nueva” que
sigue las etapas de ser esperma, embrión, un feto en forma de bocado hecho de
carne y huesos, y finalmente una nueva criatura (23:14;22:5). Mi problema con
la interpretación tradicional de 4:34 y reconciliarla con 30:21 fue resuelto
después de un año a través de la investigación y de circunstancias
“accidentales”. Aprendí que el hombre no regía sobre la mujer sino que era un
proveedor para ellas; que la mujer no es descripta como una devota de su marido
sino de su Creador; la cosa no pasaba por la desobediencia al marido sino por
la deslealtad al contrato de matrimonio; y que a los maridos no se les aconsejó
golpear a sus mujeres sino que se separaran de ellas antes de decidirse por el
divorcio.
De manera similar, mi problema con reconciliar la
interpretación tradicional de 4:3 y 4:129 fue resuelta décadas después cuando
me enteré de la mala interpretación de una frase en 4:127. Aunque el Corán
permite la poligamia (4:3), esta es desalentada y su práctica exige ciertas
precondiciones: los hombres pueden casarse con más de una mujer solo si las
últimas son viudas con huérfanos, que sean tratadas con justicia y equidad.
(Ver 4:19-20,127-129.)
Desafortunadamente, el versículo 4:127 ha sido
tradicionalmente malinterpretado y mal traducido de tal forma para afirmar que
Dios permite casarse jóvenes huérfanas.
Déjenme darles un ejemplo más. Tuve problemas con la una
palabra clave tradicionalmente mal traducida en el versículo 2:106 ya que
implicaba una contradicción con el Corán y hacía de algún versículo un sujeto
vulnerable a la demanda de abrogación. El término “ayat”, su plural “ayah” es
usado en el Corán para significar dos cosas: (a) signos/milagros, y (b)
versículos/revelaciones del Corán mismo. Desde que los versículos del Corán son
considerados milagros/signos, la forma plural a veces lleva ambos significados
simultáneamente. Un versículo del Corán no es considerado un milagro en tanto
que algunos versículos cortos (por ejemplo: 55:3; 69:1; 74:4; 75:8; 80:28;
81:26) no son únicos y pueden ser encontrados en una conversación cotidiana de
gente arabo parlante. De hecho, el Corán determina la unidad mínima de
naturaleza milagrosa como capítulo (10:38), y los capítulos más cortos son de
tres versículos (103;108; 110). Por lo tanto solo la forma plural de “ayah”, a
saber, “ayat”, puede ser usada como referencia a los versículos/revelación del
Corán. Sin embargo, la forma singular, AYAH, en todas sus 84 veces es siempre
usada como signo o milagro. Por esta razón, elijo traducir la forma singular
“ayah” del versículo 2:106 como “signo”.
¿Es eterno el infierno?
Dios, como demostración de suprema creación, eligió probar
los resultados de la cracion de un ser con la habilidad de escoger libremente
su propio destino (18:29; 6:110; 13:11). Dios hizo descender su
revelación/mandamientos/lógica (ruh) al humano prototípico que le proveería con
reglas innatas de razonamiento para distinguir la falsedad de la verdad, el mal
del bien (15:29; 32:9; 38:72). Mensajeros y Libros portadores de ruh fueron
solamente enviados como un plus de misericordia, meros recordadores de hechos
que podrían ser descubiertos por la razón (2:37-38; 10:57; 11:17; 16:89;
21:107; 29:51; 16:2; 36:69; 37:87; 39:21; 42:52; 58:22). Aunque creer que los
seres humanos tenemos libre albedrío es una de las paradojas más difíciles de
diferir, la acepto por fe (18:29; 57:22). Dios creó la vida y la muerte en este
planeta para probar última criatura (67:2). Después de cierta edad, un
individuo es considerado responsable por Dios (46:15). Dios decidió castigar a
aquellos que libremente eligieron el camino contrario a su programa original
como a aquellos que lo corrompieron con falsas ideas y acciones (2:57; 4:107;
6:12,20, 26; 7:9; 53:117; 59:19). Los programas que son infectados con virus
experimentarán una fase de pena llamada Infierno (Infierno y Paraíso son
alegorías: 13:35; 17:60; 37:62-64; 7:44-50). En esta fase los programas
corruptos y su principal transmisor de infección (Satán) serán castigados
(7:11-27; 38:71-88), y entonces serán aniquilados todos juntos. El único virus
que no será curado en el día del Juicio es aquel que creó una personalidad
esquizofrénica, una personalidad que se somete a otros aparte de Dios, una
personalidad que no es libre de falsos dioses y que de esta forma se aliena de
su origen que es Dios (4:48:116).
La creencia popular de que el infierno arderá eternamente me
ofuscó por décadas, pero suprimía mi problema diciendo “Dios es Misericordioso
y Justo; Él sabe algo que nosotros no sabemos.” Por supuesto que Dios sabe
muchas cosas que nosotros no sabemos. Sin embargo, ¿Qué pasa si estamos
protegiendo nuestras supersticiones y falsas creencia con tal escusa? ¿No
estaremos dejando de usar el don más grande de Dios, la razón, la cual
distingue al creyente del incrédulo y al humano del animal? (2:73,170,171,242,269;
3:118,190; 7:169; 8:22; 10:42,100; 11:51;12:2,111; 13:4,19;16:67; 21:10,67; 23:80;
24:61; 29:63; 30:28; 38:29; 39:9,18,21; 40:54; 59:14). Evidentemente, había un
peligro en confundir “razón” con mis deseos personales, ignorancia y parcialidad cultural. Podía distorsionar el
sentido de la Palabra de Dios por apaciguar mis inquietudes o acomodar todo a
mi conocimiento limitado. Había una delgada línea ¿Acaso debo usar mi razón para
cuestionar una interpretación que heredé de una determinada secta o debo seguir
todo sin usar mi mente? Sabiendo que el Corán nos amonesta fuertemente por
seguir a la masa, los pasos de nuestros padres o a los eruditos religiosos ciegamente (6:116;
2:170; 9:31; etc.). Rechacé la fe ciega y elegí una fe basada en el
conocimiento y la razón (17:36). Al preferir
una interpretación no ortodoxa, tengo que adoptar dos reglas: debo ser
capaz de fundamentarla con la lengua original de la escritura y no debe entrar
en contradicción con las leyes y preceptos divinos de la escritura o una
contradicción entre la escritura y las leyes divinas en la naturaleza.
Hace seis años leí
una traducción al turco de un folleto, “La Salvación Universal”, escrito
por Musa Jarullah Bigiyev (1874-1949). En dicho folleto, Bigiyev afirmaba que
de acuerdo al Corán y al Hadith, el Infierno no era eterno. Cuando lo terminé
de leer mi entusiasmo y esperanza se apagaron al notar que el autor no
analizaba numerosos versículos que llevan a cientos de millones de
musulmanes a creer que el Infierno es eterno. El autor estaba dando una
afirmación radical pero su argumentación no convencía mucho. Iba más a lo
sentimental que al análisis intelectual de los versículos pertinentes.
Decepcionado, continué con mi creencia en la eternidad del Infierno aunque como
un concepto contradictorio que continuamente irritaba mi fe e intelecto
merodeando en el fondo. No podía ignorar numerosos versículos/signos Coránicos
que amenazaban a los incrédulos o
mushriks con el sufrimiento eterno en el infierno. Sin embargo tampoco podía
ignorar el otro hecho de que el atributo
de Dios más repetido in el Corán era la misericordia (RaHYM 114 veces, RaHMaN
57 veces, etc.). Dios decretó a la misericordia como Su atributo (6:12,54) y
ésta misericordia fue inmensa (6:147; 40:7). A
menudo tomaba consuelo en la
implicancia de tener en cuenta el dialogo entre Jesús y Dios que tendrá lugar
en el día del juicio:
“’Si los castigas, son tus criaturas. Si los perdonas, tu
eres todo poderoso, sabio’. Dios dirá:
´Este es el día cuando su verdad beneficiará a los sinceros’ Han merecido
jardines con largos arroyos. Habitarán allí para siempre. Dios estará
complacido de ellos y ellos estarán complacidos de Él. He aquí el logro más
grande” (5:118-119)
Su justicia fue frecuentemente recordada (3:182; 4:40; 8:51;
11:101; 16:33,118; 22:10; 41:46; 43:76; 50:29; 99:7-8). ¿¡Cómo puede un Dios
justo y misericordioso torturar a sus criaturas en un Infierno eterno por sus
crímenes cometidos durante un tiempo muy corto, un período que es casi cero
comparado con la eternidad!? ¿Cómo pudieron la justicia y misericordia divinas
ser desafiadas por mi justicia y misericordia limitadas? Si tuve una parte de
la revelación/conocimiento/ lógica (ruh) en mi programa genético, luego tengo
que ser capaz de encontrar una manera de
aceptar, no necesariamente comprender, la misericordia y justicia de Dios sin
revelación.
¡Mushriks y Fervientes
Incrédulos Están Condenados a Estar en el Infierno Eternamente!
Por favor, nótese que el subtítulo no dice “Mushriks y
fervientes incrédulos están condenados a estar en el Inferno eterno” y de
acuerdo con el lenguaje usado en el Corán hay una diferencia. Permítanme
explicar:
Todas las formas derivadas de la raíz de KHaLaDa (ser
eterno, vive por siempre, permanecer para siempre en un lugar o estar por un
largo tiempo o para siempre) aparecen 87 veces en el Corán. Si me cuenta preliminar está bien, en 40 veces
aparece descripta la duración de la recompensa en el Paraíso (2:25; 2:82; 3:15;
3:107; 3:136; 3:198; 4:13; 4:57; 4:122; 5:85; 5:119; 8:42; 9:22; 9:82; 9:89;
9:100; 10:26; 11:23; 11:108; 14:23; 18:108; 20:86; 21:102; 23:11; 25:15; 25:16;
25:76; 29:58; 31:9; 39:73; 43:71; 46:14; 48:5; 50:34; 57:12; 58:22; 64:9;
65:11; 98:8; 50:34), 40 veces se describe la duración del castigo en el fuego
del Infierno (2:39; 2:81; 2:162; 2:217; 2:257; 2:285; 3:88; 3:116; 4:14; 4:93;
4:169; 5:80; 6:128; 7:36; 9:17; 9:63; 9:68; 10:26; 10:27; 10:52; 11:107; 13:5;
16:29; 20:101; 21:99; 25:29; 25:69; 32:14; 33:65; 33:103; 39:72; 40:76; 41:28; 43:74;
47:15; 59:17; 64:10; 72:23; 85:17; 98:6).
La palabra KHaLaDa también tiene el sentido de larga
duración. Por ejemplo el clásico diccionario árabe Lisanul Arab incluye
la forma plural KHawaLiD para referirse a montañas y rocas o sea dos cosas de
larga duración. El Corán, por lo menos
una vez, usa el pasado de esta palabra para describir un acto duradero
de la vida (7:176). El versículo nos describe a
un incrédulo fanático y nos dice que él “Akhlada ilal ardi.” es decir, aferrado a lo terrenal, aferrado a
pequeñas ideas! En este artículo no tocaré el tema de si el significado de la
palabra KHaLaDa y sus derivados denota solo la idea muy larga duración o un
periodo particular de vida. Aunque puede haber alguna evidencia de eso y la
falta de uso de esa palabra para Dios puede ser considerando como evidencia, de
momento no estoy convencido.
En cuando al adverbio ABaDa (eternamente, siempre, para
siempre), aparece 28 veces en el Corán, de las cuales en nueve es para
mencionar la duración del paraíso (4:57; 4:122; 5:119; 9:22; 9:100; 18:3; 64:9;
65:11; 98:8) y entres versículos dicha palabra es usada para referirse a la
duración del infierno (4:169; 33:65; 82:23). Los versículos 5:37; 22:22; 32:20
dicen que los incrédulos querrán salir del Infierno pero no podrán hacerlo. La
negación del castigo eterno afirmada por algunos es rechazada (3:24).
ABaDa es usada en 9:84; 9:108; 24:4; 33:53; 59:11; 62:7 para
hablar de eternidad contingente con la vida del sujeto:
“No (La… ABaDa) orarás por ninguno de ellos cuando el
muera…” (9:84) “No rezarás (La… ABaDa) en tal masjid…”(9:108) “…y no (La…
ABaDa) aceptarás el testimonio de ellos…” (24:4) “…No (La… ABaDa) te casaras
con sus esposas después de él.” (33:53) “Nunca (La… ABaDa) obedeceremos a quien
esté en tu contra…”(59:11) “… no desearán jamás (La… ABaDa) por lo que…” (62:7)
En todas estas afirmaciones negativas se usa ABaDa para expresar una prohibición que
dura para siempre. Específicamente, en tanto que existan las condiciones. Por
ejemplo, cuando a la persona que se le prohibió a oración funeral murió, la prohibición cesó naturalmente. Un
muerto no puede ir a rezar a la tumba de otro por lo tanto esa prohibición
prácticamente no dura para siempre.
Similarmente, cuando todas las esposas del Profeta murieron, la
prohibición de casarse con ellas dejó de existir. De aquí se sigue que la
eternidad de un prohibición fue, de hecho, limitada por la condición o duración
de vida del sujeto. En otras palabras, los ejemplos mencionados muestran que la
palabra ABaDa indica eternidad de un período particular.
EL Castigo eterno en
el Infierno no necesariamente significa que el Infierno y sus habitantes sean
eternos
Recordemos a Jonás.
Cuando escapó de su deber fue tragado por la ballena.
“Pero si no hubiera sido de los que glorifican se habría
quedado en su vientre hasta el día de la resurrección.” (37:143-144)
Es un hecho que ni Jonás ni la ballena son inmortales con la
posibilidad de vivir hasta vida de la resurrección. Dios lo sabe. La expresión
coránica solo nos informa que Jonás podría haber muerto o terminado en el
vientre de la ballena. Sin embargo ambos perecerían en un corto tiempo, la
ballena seria el destino final de Jonás hasta el día de la resurrección. Jonás no intentó ser resucitado (junto con la
ballena), con la misma lógica, el
versículo diría: “el habría permanecido en su vientre eternamente.”
De manera similar, los versículos que nos dicen que los incrédulos o adoradores
de ídolos están en el Infierno eternamente, no implica necesariamente que el
Infierno sea eterno a menos que seamos informados de que el Infierno en sí
mismo sea eterno. Simplemente significa
que los incrédulos y adoradores de ídolos terminarían en el Inferno y nada más.
Si el infierno, con sus habitantes, un día
dejáran de existir, implicaría que los incrédulos y los adoradores de
ídolos estuvieron eternamente en el Infierno. Su castigo sería una vida entera en
el Infierno.
De hecho, el Corán nos informa que tanto el castigo eterno
en el Infierno como la recompensa del Paraíso están condicionados a su periodo
de vida:
“Eternamente están (en el infierno), tanto como duran los
cielos y la tierra, de acuerdo con la voluntad de tu Señor. Tu Señor hace lo que quiere. En cuando a los
afortunados, estarán en el paraíso. Eternamente habitarán allí tanto como duren
los cielos y la tierra de acuerdo a la voluntad de tu Señor, una promesa de
eterna recompensa.” (11:107)
El Corán nos informa que los Cielos y la Tierra serán
cambiados por otros Cielos y Tierra (14:48). Si dicha re-creación es antes del Día del Juicio, hay
una posibilidad de una nueva re-creación. Hay indicios de que el Paraíso será
preservado o creado de nuevo. Por ejemplo, la palabra KHuLD (eterno,
imperecedero), no es usada para el Infierno, sino que es usada como una
adjetivo para describir el Paraíso (25:15). Por otro lado el mismo adjetivo no
es usado para describir el Infierno sino para describir el castigo EN EL
INFIERNO (10:52; 41:28).
El Infierno y sus
habitantes serán aniquilados
Nuestro lenguaje contiene sinónimos, antónimos,
complementos, equivalencias, etc. El Corán, frecuentemente, usa pares de
palabras/conceptos para contrastar, comparar o complementarse mutuamente.
Generalmente, la frecuencia de palabras semánticamente relacionadas también
demuestra armonía matemática, cosa extensivamente demostrada en mis libros. Por
ejemplo,
Akhirah (Más Allá) y Dunya (Este Mundo),
Malak (Ángel) y Shaytaan (Satanás), Rahman (Misericordia) y Huda (Guía),
Qul (Di) y Qulu (Dicen), Khalq (creación) y Helaak (Destrucción), Hayat (Vida)
y Mawt (destrucción), están semánticamente y matemáticamente relacionadas.
Reflexionemos sobre los versículos 40:11 y 67:2. El primero
habla de dos creaciones y dos muertes y el segundo de la creación de la vida y
la vida. Estos dos versículos pueden ser entendidos mejor si entendemos que en
el lenguaje coránico la Muerte no puede existir sin la Vida y viceversa. Existen
juntas ya que la Muerte es el cese permanente de la actividad consciente del
cerebro (39:42; 16:21) aunque temporal seguido de la resurrección (29:57; 10:56; 22:6). La Muerte es un proceso
que lleva a la Vida. Una criatura viviente morirá y una criatura muerta tendrá
una nueva vida (22:66).
La vegetación
experimenta sucesivas vidas y muertes a través de las estaciones (2:64; 3:27;
6:95; 16:65; 22:5-6; 30:19-50; 35:9). Con la primera creación no hubo ni vida
ni muerte; tan solo existíamos. Pero Dios decidió crear la Muerte y la Vida
(67:2). Creación, muerte, vida (actual), muerte vida (resurrección). En otras
palabras, dos muertes y dos vidas (40:11). La palabra HaLaKa, por otro lado, es
ocasionalmente usada para describir la muerte de un individuo (40:34), pero usualmente significa la
destrucción y aniquilación irreversible o la total extinción existencial de una
entidad (5:17; 6:6; 6:47; 8:42; 20:128; 21:95; 22:45; 28:59; 36:31; 69:5;
77:16).
“… aquellos destinados a ser muertos/aniquilados fueron
muertos/aniquilados por una obvia razón y aquellos destinados a ser
salvados/revividos fueron salvados/revividos por una obvia razón” (o claro
argumento) (8:42)
El versículo citado, no solo se refiere a la pérdida de
vidas y supervivencia en una determinada
batalla sino, también a un evento cósmico más alto: los incrédulos
perecerán para siempre por haber confiado en la falsedad mientras que los
creyentes durarán para siempre ya que confiaron en un argumento claro. No es
casualidad que vida y muerte sean usadas como metáforas de sostener la verdad o
la falsedad (6:122). De hecho, atestiguar y reconocer la verdad conduce a la
vida tanto en sentido metafórico como literal:
“Oh Aquellos que creen: responded a Dios y a su mensajero
cuando los llama a aquello que os da la vida. Debes saber que Dios se sitúa
entre el hombre y su corazón y que seréis congregados a él.” (8:24)
Sobre la base del versículo citado, es justo inferir que
aquellos que rechazan el mensaje divino perderán la vida eterna ¿Acaso morirán
en el Infierno? La respuesta es No:
“Aquel que sea culpable ante Su Señor , merecerá el Infierno donde nunca
morirá ni estará vivo.” (20:74)
Por lo tanto, la alternativa es obvia: total aniquilación,
extinción ontológica junto con el infierno. Aquellos programas con libre
albedrio que eligieron corromperse con los peores “virus” diabólicos (como
asociarle compañeros a Dios o matar a un programa inocente.) serán sentenciados
a un eterno castigo: después de la resurrección experimentarán un periodo de
diagnóstico , justicia, lamentación y luego con la creación del nuevo Cielo y Tierra serán arrojados a la
no-existencia junto con el Infierno. Talvez, también sean borrados sus
recuerdos de la mente de sus familiares y conocidos que eligieron la vida
eterna mediante la dedicación de su religión solamente a Dios y a un vida recta
con la mente en el Día del Juico.
Es interesante notar que la única excepción al no olvido de Dios está en conexión con la gente
que mereció el infierno:
“Gustad las
consecuencias de haber ignorado/olvidado este día por eso nosotros; por eso
Nosotros te hemos ignorado/olvidado. Gustad la eterna retribución en castigo
por lo que solías hacer.” (32:14)
DIOS ES JUSTO Y
MISERICORDIOSO
El Corán repetidamente nos conforta recordándonos la
justicia perfecta de Dios. El versículo siguiente nos da una idea precisa sobre
la justicia y misericordia de Dios:
“Para aquellos que hayan hecho el bien habrá lo mejor y
más... en cuanto a aquellos que hicieron el mal revivirán un mal equivalente” (10:27)
El sufrimiento en un Infierno eterno crea una
contradicción con esta divina justicia ya que la eternidad no puede ser
igual a un mal cometido en un lapso de vida limitado de un humano. Sin embargo,
un castigo eterno en un infierno no eterno no entra en tal contradicción.
Después de recibir un castigo equivalente, el principal hacedor del mal junto
con aquellos aludidos en el versículo 4:48, serán eliminados de la existencia.
Terminarán en el Infierno, y el Infierno terminará en el olvido, eternamente.
No por casualidad que el versículo más repetido del Corán
nos recuerda una y otra vez que Dios es Clementísimo, Misericordiosísimo (1:1).
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